Irán, 4 de noviembre de 1979.- A medida que pasa el tiempo, la crisis de los rehenes en la embajada de EE.UU. en Teherán cada vez se complica más. Afortunadamente, el Departamento de Estado mostró su interés por el bienestar de los ciudadanos estadounidenses en otros países musulmanes.
El ayatolá Jomeini emitió un airado discurso público en el que criticó la Administración de Carter y apoyó a los estudiantes que aún tienen a los 49 rehenes.
Jomeini reafirmó la amenaza de los estudiantes, que habían asegurado que los rehenes morirían si la embajada era atacada cuando señaló que no se trata de un enfrentamiento entre EE.UU. e Irán. Es una lucha entre Irán y la blasfemia. Insistió a los estudiantes que no se amedrentaran.
También los exhortó a que no tuvieran miedo y señaló que para ellos el martirio es un gran honor. El Departamento de Estado mostró su preocupación por la expansión de la revolución islámica de Jomeini por todo el territorio musulmán. Durante tres semanas, la embajada de Teherán fue invadida y la de Islamabad, Pakistán, asaltada y destruida.
Los estudiantes colgaron una pancarta que decía Jomeini lucha, Carter tiembla. La Administración de Carter explicó que las autoridades iraníes habían ofrecido su ayuda para liberar a los rehenes, pero pronto se hizo evidente que Jomeini apoyaba a los estudiantes.
Su hijo acudió a la embajada y advirtió que Irán debería cortar todas las relaciones con EE.UU. El 6 de noviembre, fue disuelto el Gobierno moderado del primer ministro Bazargan, por lo que el ayatolá consiguió todo el poder.
Liberación de rehenes
El 19 y 20 de noviembre, los estudiantes liberaron a los rehenes que permanecieron secuestrados en la embajada norteamericana de raza negra y a las mujeres, pero amenazaron con llevar a juicio por espionaje a algunos de los rehenes restantes.
La Casa Blanca decretó que todos los activos iraníes en EE.UU. fueran congelados. En Irán, las protestas se hicieron sentir cuando respondieron de manera simple pero espeluznante: Muerte a Carter.